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lunes, 9 de diciembre de 2013

Actitudes de las empresas ante la crisis

Las empresas adoptan diferentes estrategias en función del tipo de crisis y de su cultura de comunicación. Las cuatro más comunes son:
a) Estrategia del silencio. Esto suele ser entendido por el público como un acto de cobardía y de falta de responsabilidad. Además, la empresa corre el riesgo de que, si no informa acerca de lo sucedido, otros lo harán por ella y este hecho quizás les acarree mayores consecuencias que la propia crisis. Esta actitud solo está justificada en caso de rumores o noticias no confirmadas que se extinguirán por si mismos si no se alimentan o en caso de que la difusión de la noticia negativa no haya tenido un gran alcance. Una alternativa al silencio es la respuesta personal e individualizada a los medios que se hayan hecho eco del problema.
La estrategia del silencio se suele usar en campañas de crisis de largo recorrido cuando se decide no implicar el nombre de una empresa u organización en la crisis hasta que no haya referencias expresas a la misma. Una respuesta precipitada podría relacionar el nombre de la organización de manera no deseada.
b) Estrategia de la negación. Otras prefieren negar la situación que ha provocado la crisis. Lo que se pretende es rechazar el interés ante la crisis en cuestión y esperar a que éste se agote pero ¡cuidado! si la noticia es verídica y se demuestra, la organización pierde autoridad y, sobre todo, credibilidad, debilitando su imagen. Esta estrategia solo es válida si el hecho que ha provocado la crisis es realmente falso y este extremo puede ser demostrado.
El discurso en una situación de crisis debe ser coherente y en él se han de usar términos sencillos para que entienda bien y no parezca una cortina de humo. La versión que ofrezcan los portavoces ha de ser sincera, verdadera, única y responsable. El portavoz se elegirá en función de la crisis (si ésta es muy grave deberá aparecer el propio CEO) y éste debe ser consciente de que sus palabras comprometen tanto a la corporación como a sí misma.
c) Estrategia de transferencia de responsabilidades. Puede ser útil a corto plazo para ganar tiempo, pero presenta los mismos problemas que el caso anterior. Hay que asegurarse que los datos que se difundan sobre el “tercero” al que se culpabiliza son totalmente ciertos.
d) Estrategia de confesión. En la actualidad es la más usada y aceptada por los expertos en comunicación de crisis. Se trata de hacer un ejercicio de responsabilidad, aceptando los hechos, facilitando información a los medios y haciendo públicas las acciones que se llevarán a cabo para contrarrestar las consecuencias de la crisis. En estos casos, la verdad es un acto de madurez y valor, y así es percibido por la sociedad. En todo caso, es importante que la reacción sea rápida para incrementar la sensación de veracidad y transparencia.

La tendencia actual para hacer frente a las crisis desde el punto de vista de la comunicación es la última, es decir, la confesión y la asunción de responsabilidades. Es la mejor aceptada por la sociedad ya que pone a la empresa a un nivel humano que permite al público una mejor identificación con la misma. En todo caso, ya sea ésta la estrategia elegida o no, el plan de comunicación de crisis debe prever la reacción de la empresa. 

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