Un accidente laboral puede
echar al traste todos los esfuerzos en política de comunicación llevados a cabo
durante años. Recordemos que, entre las principales funciones de la
comunicación externa, se encuentran:
● Ofrecer una imagen de la empresa, lo más
semejante a la realidad de lo que verdaderamente es.
● Gestionar acciones encaminadas para mejorar la imagen
corporativa.
● Dar a conocer la misión y visión de la
empresa y lograr establecer empatía con sus públicos, basándose en una
retroalimentación constante.
Todas ellas pueden verse gravemente afectadas
en una situación de crisis relacionadas con un riesgo laboral. Sus efectos
pueden ser:
·
Distorsión de la imagen de la empresa que se ha ofrecido en el pasado.
·
Rápido deterioro de la imagen corporativa.
·
Mala percepción por
parte de los públicos.
Sin embargo, hay otras funciones de las
comunicación externa que, si se han afianzado correctamente en el pasado,
pueden minimizar dichos efectos. Se trata de:
● Mantener buenas relaciones con los medios de
comunicación: con esto se conseguirá minimizar la posible mala imagen de la
empresa y ofrecer una visión más amigable de la misma.
● Conseguir que la comunicación sea veraz,
transparente, rápida y clara: todo esto depende de la eficacia en la
aplicación del plan de crisis en riesgos laborales.
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