Siempre que una organización decida celebrar un
evento con objeto de atraer la atención de sus clientes o de los medios de
comunicación sobre sus productos y servicios debe tener en cuenta que
profundizar en los gustos, necesidades, emociones y expectativas del segmento
al que se dirige el acto resulta imprescindible. Ofrecer a nuestro público
objetivo lo que espera de nosotros no es fácil y solo así tenemos la
posibilidad de lograrlo.
Todos respondemos en nuestras conductas a la
combinación de tres elementos, emoción, razón y visualización, siempre
esperamos que cualquier actividad nos resulte satisfactoria en los tres planos.
Por este motivo, cualquier evento debe saber combinar estos tres factores y
tocar los correspondientes sentidos en los asistentes.
·
El formato del evento, la señalización, la imagen corporativa y la
decoración serán los elementos que permitirán conquistar el sentido de la vista
y, con él, a un target más visual, integrado por personas que piensan en
imágenes.
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El catering, el aroma e, incluso, la propia ambientación serán los
elementos que capten la atención de un target más emocional, para el que las
sensaciones constituyen el motor de su vida.
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La música, la palabra, los discursos y la presentación del producto serán
los puntos clave para convertir en aliados a los más racionales, a aquellos que
piensan en palabras y para quienes el oído es su sentido más desarrollado.
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