La estrategia
del silencio: esto suele ser entendido
por el público como un acto de cobardía y de falta de responsabilidad. Además,
la empresa corre el riesgo de que, si no informa acerca de lo sucedido, otros
lo harán por ella y este hecho quizás les acarree mayores consecuencias que la
propia crisis. Esta
actitud solo está justificada en caso de rumores o noticias no confirmadas que
se extinguirán por si mismos si no se alimentan o en caso de que la difusión de
la noticia negativa no haya tenido un gran alcance. Una alternativa al silencio
es la respuesta personal e individualizada a los medios que se hayan hecho eco
del problema.
La estrategia del silencio se
suele usar en campañas de crisis de largo recorrido cuando se decide no
implicar el nombre de una empresa u organización en la crisis hasta que no haya
referencias expresas a la misma. Una respuesta precipitada podría relacionar el
nombre de la organización de manera no deseada.