Si el otro día, hablábamos de la creación de la imagen corporativa, hoy nos centraremos en cómo gestionarla.
En primer lugar, comentar que en ocasiones, es necesario que se le realicen algunos cambios a la Imagen Corporativa, pero ¿cuándo es el momento para realizarlos?:
- La empresa quizás ha pasado por algún momento de crisis. Esto tal vez le ayudaría a “comenzar de nuevo”.
- La imagen que posee, no refleja su personalidad.
- La imagen es frágil y confusa.
- La organización se lanza un nuevo negocio, distinto al anterior.
- La empresa se fusiona con otra.
- Su imagen ha pasado de moda.
Existen otra clase de motivos por los cuales conviene cambiar o mejorar la Imagen Corporativa, pero antes de hacerlo hay que valorar la reacción del cliente, es decir, él también se enfrentará a dicho cambio y este cambio no debe ser brusco sino más bien paulatino y cuidadoso. La percepción de nuestra cultura e identidad, deberá ser reflejada por la nueva imagen y, por supuesto, dar una buena impresión de la misma. El público tiene una imagen mental de lo que la empresa es o dice ser.
Este conocimiento, esta imagen, la elabora a través de informaciones acumuladas y actuales. Los públicos interpretan de formas diversas la imagen de la empresa, por esta razón es tan importante saber que la gestión de la imagen es una labor permanente. No olvidar que tanto la imagen como la realidad se correspondan mutuamente. Antes de proyectar una imagen al exterior es fundamental tener una imagen interna bien definida y a su vez sólida y fuerte.