El
patrocinio es una opción clásica y los eventos deportivos
son los más deseados, ya que el deporte es
capaz de despertar en el público objetivo múltiples sentimientos. Pero ya
se trate de acciones culturales o deportivas, cada vez son más las empresas que
organizan acciones alrededor del patrocinio a nivel interno, con objeto de
vincular a los empleados con la empresa, y externo, a fin de llegar a los
consumidores aprovechando todas las acciones de promoción que le ofrece la
actividad patrocinada en cuestión.
El patrocinio
se define como la contribución prestada a una manifestación, a una persona, a
un producto o a una organización, a cambio de obtener por ella el beneficio
directo del derecho a incluir publicidad de marca, que de este forma se asocia
a la obra o manifestación patrocinada y destaca así de cualquier otra
publicidad. Se podría decir que a
través del patrocinio se llega al cliente o al futuro consumidor de una forma
más bien indirecta
Junto al patrocinio, algunas empresas utilizan la figura del mecenazgo que, por lo
general, designa un sostén aportado a
una obra o a una persona para
el ejercicio de actividades que presentan un carácter de interés general y sin
contrapartida directa por parte del
beneficiario. Aquí, no es necesario participar
realizando una aportación financiera, sino que pueden ser ayudas de distintas
índole, como por ejemplo ayuda técnica, una asesoría o la prestación de un local,
todo ello con la finalidad de que el beneficiario se libere de determinados
gastos. Los campos donde son más comunes las acciones de mecenazgo son la música y las artes plásticas.
A través de estas participaciones, las empresas son asociadas por el público con el beneficio social y
humano. Hoy en día desarrollar una imagen positiva es una prioridad para
los programas de Responsabilidad Social Corporativa. A través del patrocinio y el mecenazgo la empresa logra
mantener y hacer más fuertes sus relaciones con clientes, proveedores,
periodistas, etcétera. La eficacia de las distintas acciones desarrolladas se
mide a través del reconocimiento que alcanza la imagen de la empresa.
Diez
reglas que no hay que olvidar
Cualquier evento
susceptible de ser patrocinado debe cumplir una serie de requisitos que la
empresa ha de analizar detalladamente antes de decidir tomar parte en el mismo.
- Interés para los medios de comunicación.
- Capacidad de convocatoria.
- Transmisión de valores acordes a los que desea reflejar la marca.
- El evento debe dirigirse al target de interés para la marca.
- Adaptación a los gustos y cultura del público potencial al que se pretende llegar.
- El acto debe ser relevante, original, atractivo y con capacidad de sorprender.
- El evento debe aportar beneficios a la sociedad.
- El acto debe contar con un buen soporte de comunicación, aunque se trate de una acción indirecta, el consumidor debe tener clara la presencia de nuestra marca en el evento.